Soñarte es un suicidio
casi tan grande como evitarte.
No grites
el amor nunca ha sido para tanto
tanto como nosotros.
Mírame
escala las cicatrices del tiempo
añora lo que sí supimos hacer bien.
Sé que es una putada cruzar el abismo
de la realidad de los fracasos.
Yo nunca dejaré de rascarme la herida
y tú nunca dejarás de bailar
al filo de mi oreja.
Sería estupendo volver a verte
si no fueses más que un oasis
en medio de este desierto.